Ahora estoy solo
Por Laureano Márquez
Primero dijo: "No atiendas a lo que digo sino a lo que hago", y yo me
lo creí, porque siempre pensé que los políticos son sólo unos
habladores de pistoladas, y no representaban mayor peligro; ellos a lo
suyo y yo a lo mío.
Un día sacaron a Sofía Ímber del Museo de Arte Contemporáneo, pero
como a mí los museos me ladillan, no me importó.
Después botaron a 18 mil trabajadores de PDVSA, pero me dije: "Es que
también la vaina en PDVSA era insostenible", y me callé.
Luego vino la matanza en la Plaza Altamira, pero como yo nunca estuve
por allí, lo dejé de ese tamaño.
Cuando vi que Vargas no se recuperaría jamás, decidí no preocuparme y
vacacionar en Margarita, porque,
al fin y al cabo, yo no tenía familia en Vargas.
Se llevaron presos a varios militares disidentes, otros huyeron del
país; pero, francamente, a mí nunca me
gustaron los militares.
Comenzaron a acorralar a los periodistas.
Pero bueno, ése es el oficio que ellos escogieron y tiene sus riesgos.
Cada vez que golpeaban a los que salían a marchar, como el día que una
señora perdió un ojo, me dije:
"Ya los tiempos de marchar pasaron, ¿qué hace una señora de esa edad
metiéndose en vainas?".
Hicieron preso a Carlos Ortega, pero como él es adeco y yo siempre les
he tenido arrechera, no me preocupé;
ellos son muy culpables de lo que está pasando.
Asesinaron a una señora en Altamira el día del Referendo Revocatorio,
¡qué mala suerte tuvo!
Cuando oí lo de la Reforma de la Educación, pensé que, en última
instancia, puedo mandar a los niños a estudiar a los Estados Unidos,
porque un poco de inglés no les viene mal.
Persiguieron con la "Lista Tascón", a los empleados públicos que
firmaron para solicitar el Referendo Revocatorio, pero, gracias a
Dios, yo no trabajo para el gobierno.
Luego vino lo de Polar y Hacienda Santa Teresa, pero ésa es gente de
plata; ellos sabrán cómo defenderse.
De los presos del Táchira no dije nada, aunque sabía que era una
injusticia, porque, en todo lo que tiene que
ver con el 11 de Abril del 2002, es mejor no meterse.
Masacraron a unos estudiantes en el barrio "Kennedy" y no protesté
porque eran pobres; entre los pobres
siempre pasan esas cosas.
Después vino lo de la toma de la hacienda La Marqueseña, pero en ese
momento yo tenía unos negocios buenísimos con el gobierno; mi corazón
es ESCUALIDO, pero mi BOLSILLO ES CHAVISTA y hay que tratar de
sacarles algo de dinero.
Abrieron procedimientos en contra de algunos canales, pero yo no soy
dueño de medios y en ese momento
andaba en otra cosa.
Ahora me llevan a mí, pero ya es demasiado tarde.
Ahora estoy solo.
Laureano Márquez
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