Recuerdos
Era una noche oscura, después de mucho tiempo, en una vieja casa se abre la puerta principal, todo esta oscuro, cubierto de polvo, los muebles tapados con mantas blancas; entre la penumbra se distingue una figura delgada y alta que camina cerrando la puerta a su espalda.
Pasa sus manos por los espaldares cubiertos y empolvados de las sillas, en eso una tenue luz le ilumina el rostro, es de tez blanca, joven aún, con el cabello negro, liso y largo, en sus ojos, grises cual plomo, se refleja una mezcla de tristeza, rabia, soberbia y soledad.Montones de recuerdos vienen a su mente, recuerdos de hace pocos años atrás, cuando aún aquella esplendorosa mansión era habitada por sus acaudillados miembros, tiempos cuando ella tenía la verdadera felicidad a sus pies y no la supo valorar o aprovechar.
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En el jardín trasero de la casa se encontraba sentados dos jóvenes, de aproximadamente unos 17 años, quien los hubiera visto sin conocerlos diría que eran hermanos, ambos de cabello negro y tez blanca, con porte elegante y distinguido para su edad.
- Te he dicho que eres bien grandecita para decidir lo que quieres ser – le decía el chico insistentemente caminando de un lado a otro –No tienes que complacerlos a ellos, seguir sus tontos ideales, yo lo hice.
- Y estás siendo execrado de la familia – le reprochó ella en tono cortante – Y yo no quiero eso para mi.
- Entonces yo ya no puedo hacer nada – le dijo sintiéndose frustrado.
- ¡Claro que puedes! Sabes que puedes, lo que pasa es que eres demasiado testarudo para aceptar de una buena vez lo que eres, a la familia a la que perteneces – le dijo alzando la voz con desespero.
- No soy un asesino despiadado, ni un fanático de la sangre pura, no… lo siento, quiero una vida como la que he soñado siempre, tranquila y feliz, contigo a mi lado – se le acerca y se le arrodilla tomándole las manos.
- Eso no puede ser entonces, porque yo si entiendo el verdadero significado de mi sangre, sangre que igualmente corre por tus venas.
La chica se levantó y salió caminando hacia el interior de la casa, dejándolo allí, con las manos en los bolsillos de su pantalón, para no sentir el vacío que quedó en ellas cuando su único amor, su verdadero amor, partió sin decir mas nada.
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La joven caminó hasta alas escaleras que llevaban a la segunda planta de la casa, escaleras vacías al igual que su vida desde el momento en que puso sus ideales sobre su corazón.
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La chica ahora con unos 20 años corria escaleras arriba con su hermoso y seductor vestido de fiesta verde oscuro, con detalles plateados, sonreía y miraba hacia atrás.
- ¡Hey! Espera – le decía el chico entre risas corriendo detrás de ella con la respiración agitada, hasta que logró alcanzarla y acorralarla entre la pared y su cuerpo.
- Ya basta, detente – lo reprendió entre risas, escuchando a lo lejos el bullicio de la fiesta - ¡estas loco! Cualquiera puede aparecer y vernos.
- Eso se puede arreglar – le dijo halándola escaleras arriba, entraron a una habitación y cerraron la puerta tras ellos.
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La joven abre lentamente la puerta del cuarto, que al igual que el resto de la casa se encuentra lleno de muebles viejos y cubierto de polvo, sonríe y camina hasta la cama, se sienta y comienza a observar con detenimiento la habitación.
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Un día cualquiera, bueno, cualquiera para ella, se encontraba en su habitación vistiendose, cuando de repente él entra como si nada.
- Se toca la puerta antes de entrar, son normas de educación – le dice volteándose a verlo mientras termina de abotonarse la blusa.
- No me vengas con esas idioteces – le responde en tono visiblemente molesto – te están esperando abajo, sabes quien es, me imagino.
- No, no lo se - ella sonríe ante los poco disimulados celos de él, mientras se acerca y le pasa los brazos alrededor de su cuello, gesto que el con poca delicadeza desprecia.
- No te hagas la desentendida… baja, no lo hagas esperar, porque no creo que haya venido solo por hacer una visita de cortesía – dicho esto salió de la habitación.
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Si, esa vez habían sido celos, porque el sabía lo que probablemente pasaría. Esa noche ella se comprometió con quien más adelante sería su esposo, en una cena familiar pero muy formal y por supuesto el debía estar presente.
En ese instante el mundo se le vino encima al joven, sin saber que a ella le ocurriría lo mismo.
Salió de la habitación, bajando nuevamente para salir de una vez por todas de esa casa, de ese lugar que le traía demasiados recuerdos, buenos y malos, pero recuerdos al fin: recuerdos que la lastimaban, recuerdos que sólo atravesaban la coraza que día a día ella se había esforzado en formar en su alma y su corazón, porque sólo eso quedaba recuerdos de él, su único y verdadero amor.
Algunos preguntarán por su esposo. Pues, solo era eso, su esposo ante los ojos de los demás, su carta de presentación, su representante ante la cara de la sociedad, pero no era ni será nunca como ese chico de su juventud, el que logró romper el hielo que se empezaba a formar en su corazón, la razón por la cual ella dudó mil veces de seguir los absurdos ideales o tirar todo a la borda e irse con el, sin importarle nada, pero más pudo su propio orgullo que otra cosa.
Al llegar nuevamente a la sala creyó escuchar un ruido, su corazón se aceleró, hace mucho tiempo que nadie iba a esa casa, nadie más que su familia sabía como ubicarla, y habìan pasado varios años en los cuales de su familia solo quedaba ella y … se detuvo a pensar y su corazón palpitó con más fuerza, desfondó su varita y siguió caminando lentamente.
- ¿Lucian? – dijo en un susurro al observar la figura alta de hombre.
Él se dió la vuelta rápidamente, no había cambiado mucho, por lo menos para ella, aunque no seguía siendo el joven de su pasado estaba igual o más guapo que antes, con sus ojos grises, iguales a los de ella, con esa seguridad en su actuar
- Selene Nott - dijo él en tono sereno, aunque por dentro su sangre golpeaba con más fuerza, no sabía si de rabia o de amor, o de ambas cosas. Se quedó observándola en silencio, para el seguía siendo la misma chica hermosa de antes, la chica que hace pocos años le había dado la peor noticia de toda su vida.
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Era media noche en el castillo, èl la esperaba impacientemente como de costumbre, esta vez se estaba retardando, “¿será que no vendrá?”, se preguntaba y justo cuando se daba por vencido decidido a marcharse, la puerta se abrió.
En el umbral estaba ella, él sonrió y ella le devolvió la sonrisa sin embargo no con la misma picardía y jovialidad de siempre.
Él se acercó para darle un beso, al cual ella respondió sintiendo todo el amor y la pasión que sólo ellos despedían.
Pasó no se cuanto tiempo, tiempo que para ellos era eterno y a la vez escaso.
- Lucian, te debo decir algo – susurró ella.
- ¿Qué pasa? – le dijo mientras el acariciaba delicadamente el cabello.
- Me voy a casar con Rodolphus, no más terminemos el colegio.
Él se quedó helado ante la noticia. Esa fue la noticia que les derrumbó el mundo a ambos.
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Se miraron por un tiempo, fijamente, sin decir.
- ¿Que haces aquí? – preguntó ella por fin
- Recordando, solo eso… recordando … ¿y tu?
- Recordando – le dijo sin apartar la mirada de sus ojos.
Salió de la casa, dejando atrás a Lucian y a sus recuerdos.
hola Jess!
ResponderEliminarpuse interesante por la idea de...yo ya quiero saber quienes son Selene y Lucian! nuevos personajes tuyos? hace un bueeen de años que no hablamos de nuestro gusto por escribir! no se que has hecho de nuevo, que paso con tu taller, tus fics todo.
esta historia a mi me gusto mucho cuadno la lei hace mucho tiempo pero sus personajes eran otros no creas que no me acuerdo lo que haces eh!
te mando mega abrazos navideños
de tu amiga la Grinch
jajaja
Paty!! sorry he estado full! Mis cosas ahi van, creo que bien. Si, esta historia te acuerdas que era de Bella/Sirius, pero he decidido cambiarla un poco, pero todavìa dentro del mundo de la magia, por eso amiga tu sabia en ese mundo te imploro que me ayudes y me ilumines con tus conocimientos jajajajaja en serio eh! Espero verte pronto. Sabes que cambien mi MSN no? bueno, acà esta jessikaperezborges@hotmail.com
ResponderEliminarBesos!